Posturología clínica
La posturología es una ciencia que estudia la relación existente entre la postura corporal y las patologías dolorosas: es decir, aquellos problemas físicos que desencadenan un malestar psicológico. En concreto, la Posturología Clínica estudia el sistema tónico postural (STP) del paciente mediante pruebas neurofisiológicas.
Más del 90% de la población está afectada por una mala postura y esta se convierte en la principal causa de dolores físicos. A largo plazo, una estructura corporal incorrecta puede provocar patologías como artrosis, hernia de disco, dolores en la columna vertebral, escoliosis, dolores de cabeza, y también mareos y dificultad para concentrarse. Es por eso por lo que el análisis de la postura es esencial ya desde la edad pediátrica. De hecho, un examen postural en la infancia puede prevenir la escoliosis, la cifosis, los defectos plantares, los trastornos de atención, la apatía, la dislexia, la disfunción oral, la regurgitación, los cólicos y la diarrea.
Pero ¿de qué depende la postura?
Sistema tónico postural (STP)
El sistema tónico postural tiene la función de mantener nuestra posición erguida y de preservar nuestro equilibrio, tanto estático como dinámico, facilitando una adaptación a los continuos cambios ambientales. Más precisamente, los diferentes receptores que componen el STP tienen la función de:
- mantener el cuerpo erguido
- luchar contra la gravedad
- oponerse a las fuerzas externas
- garantizar el equilibrio tanto cuando estamos quietos como cuando nos movemos
El enfoque de Posturología considera el estado del STP en su integridad, con el fin de restablecer la armonía postural, determinando la raíz específica del trastorno determinado.
Examen postural: ¿en qué consiste?
Los síntomas que hacen que los pacientes se pongan en contacto conmigo suelen tener una característica común: el dolor de espalda, los mareos, la tensión muscular y el hormigueo en las extremidades. Todos estos síntomas pueden representar molestias funcionales relacionadas con la postura en lugar de ser trastornos con un origen estructural.
Mediante un examen postural detallado, puedo identificar el origen del trastorno en mi paciente.
Para emitir un diagnóstico correcto, investigo el estilo de vida individual, considerando los factores de riesgo que podrían alterar la postura correcta (como un estilo de vida sedentario, trabajo duro o accidentes antiguos). Para ello, recurro a exámenes instrumentales:
- Estabilometría (Posturografía): examen, para evaluar la capacidad del cuerpo para mantener y recuperar la estabilidad, a través de una plataforma informática oscilante.
- Examen videográfico: prueba que comprueba la alineación de los segmentos corporales mediante la observación de sus alteraciones; es el punto de partida de la terapia postural.
Hoy en día es posible corregir los defectos en la estructura física, y las patologías relacionadas con estos, a través de un tratamiento que integre la reprogramación postural con una terapia con enfoque global. El objetivo es alcanzar un equilibrio nuevo en el paciente, en función de su integridad física, metabólica y psicoemocional. A nivel posturológico, la terapia rectifica el esquema corporal a nivel del sistema nervioso central, reequilibrando el tono muscular.
Además de personalizar la terapia, propongo a mis pacientes ejercicios que se puedan hacer en casa, con el fin consolidar y aumentar los resultados obtenidos durante la sesión. Sin embargo, también puede ocurrir que derive al paciente a otro especialista, en el caso de que este sea más adecuado para solucionar el problema en su raíz.